
No soy impaciente pero la duda me mata,
me corroe, me sangra, atormenta mi alma.
No soy ya el de ayer, quién sabe mañana
¿Cómo acabará esta angustiosa batalla?
Sé que no es fácil hablar con palabras,
mas tus gestos engañan mi razón perturbada.
Los días me pasan como un sueño eterno,
cada vez que despierto me veo en el infierno.
Si no te lo digo, porque sé que lo sabes.
Si quieres oírlo, pregúntamelo!
Si no te lo digo, porque quizás no me atrevo.
Si quieres oírlo, pregúntamelo!
Si no te lo digo, porque soy un imbécil.
Si quieres oírlo... te quiero!